Sabes que podrías escribir muchas más cosas, si te atrevieras. El miedo es el principal responsable de que no avances. En este post comparto contigo cómo descubrí el secreto para hacer las cosas a pesar del miedo.
Cómo descubrí lo que pasaba
El pasado 24 de diciembre se celebró en Bayubas de Abajo la “V Legua y media navideña”. Nunca pensé que pudiera participar. Aunque tengo el disfraz, no estoy en absoluto en forma para poder hacerla, ni siquiera corriendo muy despacio.
Parece que participar en una carrera y escribir un trabajo de investigación no tiene nada que ver, pero en realidad están íntimamente conectados, porque todo es cuestión de actitud.
La técnica del worst case scenario
Desde que conseguí defender la tesis con éxito decidí que iba a luchar con todas mis fuerzas contra el miedo que me impedía probar cosas nuevas. Para ello estoy practicando una técnica que funciona muy bien. Voy a compartirla en este último post del año. Yo la he llamado, el juego del “worst-case scenario”, es decir: “¿qué es lo peor que puede pasar?”
Consta de cuatro sencillos pasos.
#1: descubre qué no haces por miedo al fracaso
Este paso es muy sencillo, simplemente pon en un papel: “Si no tuviera miedo haría/ probaría …” Y escribe sin pensar las diez (o veinte) primeras cosas que se te pasen por la cabeza. Mi lista es muy larga, pero participar en una carrera de verdad estaba en mi top 5.
#2: permanece atento y lánzate al vacío
Alguna de las actividades que escribiste aparecerán en tu vida de una u otra manera. Yo hice la lista a las 6:30 de la mañana y a las 8 tenía en mi bandeja de entrada un correo invitándome a participar en la carrera. Simplemente me inscribí nada más recibirlo.
Puede que lo tuyo tarde más. Pero no te preocupes, si no aparece ¡busca!
#3:imagina qué es lo peor que puede pasar
Para mí, era:
- Perderme por el monte: soy un desastre total en lo que a orientación se refiere. Lo que más me asustaba era acabar en medio del monte sin saber a dónde ir.
- Llegar la última: dado que pensaba hacer la carrera andando, era lo más probable.
- Lesionarme: otra cosa que me asustaba mucho era caerme como una pánfila y hacerme daño.
- Que mi hijo llorara como un descosido al verse sin su madre más de media hora.
#4: encuentra el miedo escondido
Ahora trata de imaginarte que el peor de tus miedos se cumple y elabora un poco la situación, analizando qué miedo se esconde detrás. Yo para la carrera lo que veía era:
- Si me perdía por el monte tendría muchísimo miedo y frío. Pero la carrera era de día y estaba bien organizada, así que en el fondo estaba segura de que con un poco de paciencia enseguida vendrían a buscarme. Por lo tanto, tuve que admitir que lo que tenía era MIEDO AL RIDÍCULO.
- Si llegaba la última: lo peor que podía pasar era que todo el mundo se riera de mí, o que la gente me criticara. ¡Otra vez! MIEDO AL RIDÍCULO.
- Si me caía como una pánfila: pues aquí si que podía tener peores consecuencias, porque si me rompo una pierna no tendría fácil ser independiente viviendo en un segundo sin ascensor. Pero también en el fondo sabía que si iba despacio y con cuidado no me caería. MIEDO AL DOLOR y de nuevo MIEDO AL RIDÍCULO.
- Si mi hijo lloraba porque yo no estaba: pues antes o después se le pasaría y lo pero que podía pasar es que estuviera muy cansado de tanto llorar cuando yo volviera. MIEDO A LA SEPARACIÓN.
Cómo convivir con el miedo
Miedo, miedo, miedo. Es un mecanismo de protección y NO HAY QUE LUCHAR CONTRA ÉL. Es mucho más eficaz analizarlo y acallar su voz con buen humor y con la firme convicción de que situaciones desconocidas son oportunidades para ampliar fronteras.
Vivimos convencidos de que nuestro entorno nos impide avanzar y mejorar. A menudo nos sentimos bloqueados y atrapados y pensamos que la cárcel que nos encierra está a nuestro alrededor, es culpa de los demás. Sin embargo, cada vez es más evidente para mi que los muros que nos encierran los llevamos dentro, en nuestra mente. Si los dejas, se irán cerrando más y más, hasta ahogarte en un mar de desgracia e impotencia. Desengáñate: si no haces algo, ES PORQUE NO QUIERES, no es culpa de nada ni nadie más que tú. Esta técnica te ayuda a ir empujando esos muros y a ampliar tu cárcel.
Si apuntas a la luna y fallas, no te entristezcas, habrás aterrizado en las estrellas. Les Brown
Cómo fue la Legua y Media
Me apunté a la carrera y me lo pasé en grande. Recuperé el placer de ir por el monte y disfruté cada minuto.
Vamos a ver si mis miedos se cumplieron.
- Me perdí por el monte. Nooooo. Había un coche escoba, justo detrás de mí y no solo evitaba que me perdiera, sino que subía en él cuando ya no podía más.
- Llegué la última. Síííí, bueno, la antepenúltima. Y lo único que recibí fueron aplausos y miradas admiradas de que me hubiera atrevido a apuntarme estando tan poco preparada. De hecho, esta fue la mejor parte. Siempre he sido muy competitiva y me ha encantado la experiencia de llegar la última y que no pase absolutamente nada malo, sino todo lo contrario. César Molina, uno de los organizadores, me contó que en el mundo de los corredores había un dicho: “Los que llegan los primeros son campeones, pero los que llegan los últimos son héroes”. Yo no lo fui, pero la señora que fue delante de mí, corriendo todo el rato, sí lo era. Y yo firmaba ahora mismo si consiguiera el año que viene correr igual que ella, sin perder el ritmo ni un momento. (Está al fondo en la foto, cuando yo todavía corría).
- Me caí como una pánfila. Noooo. Cuando me cansaba andaba y si me cansaba más todavía, me subía en el coche. ¡Escaleras! ¡Sigo en pie!
- Mi hijo lloró como un descosido. Parece ser que sí. Pero luego se le pasó y la única consecuencia fue que cuando volví estaba suave como la seda y más cariñoso que nunca. Mira tú por dónde, el hecho de separarnos hizo que me valorara más.
Qué he aprendido de la carrera
Como habrás podido ver, el hecho de atreverme a correr me ha ayudado como escritora, porque he usado el mismo mecanismo precisamente para escribir y dar conocer la entrada que estás leyendo ahora mismo.
Te propongo que hagas la lista,esperes a ver si algo de lo que has escrito aparece en tu vida y que ¡te lances! Para vencer el miedo, imagínate qué es lo peor que puede pasar, y analiza si las consecuencias son tan malas como piensas. ¡Describe luego en los comentarios tu experiencia! Si corriste en la Legua y Media o en otra similar, ¡cuéntalo también!
Y ya sabes: ¡comparte!